¿Qué es la hipoterapia?
El término “Hipoterapia” viene de la palabra griega “hippos” que significa caballo. Lo lógico entonces es definirla como la terapia que utiliza caballos. En todo el mundo están reconocidos los beneficios rehabilitadores de la monta terapéutica.
Una antigua terapia recuperada en la actualidad
Es una terapia que se aplica sistemáticamente desde la década de los años 50, si bien desde siglos antes se conocían ya sus ventajas.
Hipócrates y otros griegos de su época aconsejaban la práctica de la equitación, como una forma de ayudar a animar a los individuos con enfermedades incurables.
Médicos del siglo XVII recomendaban montar diariamente a caballo para combatir la gota.
¿En qué consiste esta terapia?
Se aprovechan los movimientos del caballo para tratar diferentes afecciones.
Utilizando el movimiento multidimensional del animal, se consigue de modo lúdico y divertido para el paciente, efectos beneficiosos tanto en su discapacidad concreta como en su esfera física, psicológica y social.
En el procedimiento, el individuo recibe un estímulo físico en todo su cuerpo, llegando éste a zonas que nunca han sido estimuladas y lográndose efectos asombrosos.
¿Quienes se benefician con la hipoterapia?
Ayuda especialmente a personas con disfunciones de movimiento y también otros tipos de enfermedades físicas y psicológicas.
Por sus características, la hipoterapia es adecuada, habiéndose comprobado progresos importantes, en gran número de patologías como trastornos autistas, fobias, hiperactividad, Síndrome de Down, Síndrome Angelman, ansiedad, trastornos del lenguaje, Síndrome de Williams, trastornos del sueño y muchas otras.
También mejora la respiración y el habla por efecto de la postura.
Procedimientos para aplicar la terapia
Independiente del tipo de afección, todos los pacientes deben comenzar por conocer al animal y entablar con el mismo, cierto vínculo. Deben recibir explicaciones claras y concretas sobre el tratamiento en sí, respecto a lo que deben hacer una vez sobre el caballo y los riesgos que puede correr.
Resulta importante que cada paciente encuentre el caballo adecuado.
La invalidez no impide recibir tratamiento; un buen número de pacientes deben desplazarse en silla de ruedas por problemas de movilidad que les imposibilita caminar, pero que no les impide montar un caballo. Para hacerlo cuenta con ayudas especiales como muletas, andadores o rampas.
En esta terapia el paciente es un sujeto que actúa pasivamente respondiendo al movimiento del caballo que le influencia.
Corresponde al terapeuta el análisis de los progresos y ajustar los movimientos del caballo a las necesidades de cada individuo.
